Estimados cofrades, obispos de sexo pago.
Ya medellín acaba de informar que la vida noctura, de putas y de rumba no va hasta que la pandemia termine. Es decir no se sabe. Bogotá no demora en bajar del sueño a los hijueputas care vergas de los administradores de fiebre, roto troya, paisas y demás antros. Doña ramona estará sentada en la barra y se quedará con la mano tendida ofreciendo la pola. Las putitas se van a poner bien dura para esta navidad. Ya el chocho se les está cerrando porque ya no la entuban cada 15 minutos. Malas noticias para las familias de ellas y los ñampiras caquitos de los mozos. No mas cachuchas reguetoneras para esos hijueputas y nada de perico por un tiempo. El negocio de la DEA estará en modo pandemia por un rato más
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