| Denunciante Sobresaliente
 |  Respuesta: Mi asesora del banco
Como a eso de las 7pm llegué, me anuncié en portería, me hizo pasar, tenía un bonito apartamento, bien decorado para ser alguien joven, nos sentamos en la sala, tenía una lycra completa de esas con las que hacen ejercicio, le resaltaba ese culo tan delicioso y una blusa de tiras que dejaba ver mejor sus pechos, allí pude reconfirmar lo buena que estaba.
Hablamos un rato, en ningún momento me pidió los folletos y entre charla y charla y con la excusa de hacerle un mini masaje de hombros de acerqué y le di un beso, para mi sorpresa lo correspondió, para serles sinceros me puse más arrecho que nunca, quería comerme a esa morena, nunca había estado con una, quería sentir esas nalgas redondas en mis manos, esos senos paraditos en mi boca, quería estar dentro de ella, así que por encima de la ropa empecé a tocarle los senos, ella se indispuso un poco así que paré.
Ella me dice: Jum, pero como manilargo el señor
Yo: no sé que pasó, me dejé llevar…. (haciéndome el timido)
Ella: me miró pícaramente…
Me acerqué de nuevo y la besé, esta vez toqué su cintura, meti la mano por debajo de la blusa y acariciaba su espalda, no llevaba sostén, así que moví la mano hacia adelante y toqué sus senos, ufff fue una delicia, tenía los pezones duritos y confirme lo firmes y paraditos que estaban.
A ella se le notaba que no estaba segura de hacerlo, pero noté que también estaba caliente, así que seguí acariciándola y sin pensarlo me lancé a sus senos, empecé a besarlos, a mordisquear los pezones, me di cuenta que esa le gustaba mucho, seguía mordisqueándole los pezones y con las manos acariciándola, pero quería llegar a la cola, como estaba sentada solo podía tocar las caderas por los lados, así que la paré y de un solo impulso me la llevé a un cuarto que vi con la puerta abierta.
En un segundo pude ver que era su cuarto, tenía sus cosas allí, nos tiramos a la cama sin dejar de besarnos, pero aún no podía llegar a esa cola jugosa y redonda, entonces me di la vuelta quedando ella encima de mí y por fin pude mandar las manos por debajo de la lycra.
Señores, para mi fue el paraíso, sentir esas nalgas tan ricas en mis manos, saber que eran de una negra, fue un detonante para mi, en solo un momento le quité la blusa y la lycra junto con las tangas, yo tenía toda la ropa aún, así que para no dejarla enfriar me lancé a su vagina, apenas puse mi boca estaba tan mojada que mi lengua se deslizaba como surfista en el mar, ella sólo se retorcía de placer y gemía y gemía.
Como pude me quité la ropa sin dejar de hacerle lo que estaba haciendo, esa mujer cada vez estaba más mojada, quería entrarle, pero más quería ver esa culo redondo y jugoso, así que la puse boca abajo y oh por díos, de nuevo el cielo para mi, no me aguanté y le mordí suave ambas nalgas, las agarré firme con mis manos y así boca abajo la penetré, estaba tan lubricada que entró como cuchillo en mantequilla, la agarré del cabello y la cabalgaba, estaba tan arrecho que sentí que me iba a venir, pero no puede ser! No ahora!, así que paré, la puse boca arriba y después de todo lo que yo le había hecho, llevé mi pene a su boca, con esos labios carnudos me empezó a hacer una mamada como las diosas, no sé si era por mi arrechera o qué, pero sentí como la mejor mamada que me han hecho en la vida.
Para serles sinceros le hice de todo, menos penetrarla por detrás, lo intenté pero esta vez no me dejó, me disfruté cada centímetro de su cuerpo, tenía que parar de tanto en tanto porque sentía que me iba a venir de lo arrecho que estaba, le agarré ese culo todo lo que quise, la puse en cuatro y la embestía como si no hubiera un mañana y creaba una arrechera increíble ver como rebotaban esas nalgas contra mi cada vez que la penetraba duro y sentir sus gemidos ahogados de placer hasta que no aguanté más y me vine en su espalda a chorros, yo mismo quedé asombrado de todo el semen que me salió, pero me di cuenta que a ella el encantó tanto como a mi.
Luego de una ducha y un poco de conversa me fui, seguimos saliendo un tiempo, nunca como pareja, pero ella se empezó a encarretar y me tocó cortar de una.
Me disfruté esa negra como nunca me había disfrutado una mujer en la vida.
Dejo algunas fotos que me enviaba y que de vez en cuando uso para ya sabemos qué.
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