A grandes males grandes remedios. Los militares brasileños, se informa, estarían en conversaciones con el vicepresidente. Sin embargo, a veces el remedio es peor que la enfermedad y romper el orden institucional regresaría a Brasil a la época en que los militares gobernaban con las nefastas consecuencias que la historia reseña.

Hay que contener la pandemia y los gobernadores estatales lo están haciendo bien, mientras Bolsonaro anda de tumbo en tumbo. Debería declarársele su incapacidad para gobernar y ser reemplazado de acuerdo con la Constitución.