La precuela de Breaking Bad se ha acelerado, ya que Jimmy McGill se acerca cada vez más al malo más convincente de la televisión, Saul Goodman. Valió la pena el hiato agonizante
El único inconveniente de la brillantez metódica de Better Call Saul, su total dedicación a los procesos silenciosos, ya sea la eliminación de la cinta de un mural o la lenta desintegración del personaje completo de un hombre, es que la anticipación a veces puede desvanecerse un poco.
Este punto en la historia de Breaking Bad, el comienzo de la penúltima temporada, fue como quedar atrapado en un ataque de pánico. Walt, a punto de ser asesinado por Gus Fring, había ordenado el asesinato de Gale, dulce e irreprensible, para comprarle una suspensión de la ejecución; La espera de 13 meses antes de que se revelaran las consecuencias se sintió como una tortura.
Pero la última temporada de Better Call Saul terminó con una nota que, aunque trascendental, Jimmy McGill comienza a practicar leyes bajo el nombre de Saul Goodman, era mucho menos hiperventiladora. No fue una sorpresa, porque así es como funcionan las precuelas. Agregue a eso el hecho de que el último episodio se emitió en 2018, y que este enorme paréntesis funcionó contra el espectáculo durante la temporada de premios, y que El Camino se robó y tiró de la cortina debajo de él, y le queda un espectáculo que sufre de un caso de zumbido disminuido. Bob Odenkirk ha hecho todo lo posible, prometiendo al público que vale la pena esperar esta nueva temporada, pero no hay duda de que Better Call Saul tiene que subir una colina.
Afortunadamente para todos nosotros, sobre la base del nuevo episodio de hoy, Better Call Saul está de vuelta en la cima y no se ha perdido el impulso. La quinta temporada comienza momentos después del clímax del episodio anterior, con McGill estampando su nueva identidad legal como Saul Goodman. Y debido a que no ha pasado el tiempo, Kim sigue tan aturdida como el resto de nosotros.
Pobre Kim Durante años, nos hemos preguntado qué pasará con ella, tan esencial para Better Call Saul, pero no se puede ver en Breaking Bad. Ahora comienza a parecer que su destino finalmente podría estar a la vista. Por un tiempo, ella ha sido la regla moral por la cual hemos medido el descenso de Jimmy McGill. Pero ahora que Saul Goodman ha sido legalmente codificada, y el hombre que ama se está transformando en una vendedora de aceite de serpiente ante sus ojos, el precio que le está pasando es palpable.
Y eso es agridulce. En cuanto a la historia, es trágico, pero ver a Rhea Seehorn, posiblemente la mejor actriz de televisión, cavar en nuevas profundidades mientras Odenkirk vuelve a caer en el golpe de ametralladora de Goodman es tremendamente entretenido. No nos gustará a dónde van Jimmy y Kim, pero podemos garantizar que será divertido verlos.
El resto del espectáculo también está notablemente mejor ahora. La historia de la droga, que siempre se ha sentido como un ancla que detiene el resto del espectáculo, ha recibido un impulso por la presencia de Lalo Salamanca. Hay un toque de glamour en él, como si hubiera podido ser un caballero espía si hubiera nacido en diferentes circunstancias, y esto está en marcado contraste con la condena opresiva de Nacho. Finalmente, tenemos un malvado tan convincente como McGill.