La izquierda simplemente se ha aprovechado del poco interés que otros grupos ideológicos han tenido por los jóvenes, lo que les ha facilitado la tarea de infundir sus ideas en la academia.

Toda la vida se vienen vendiendo estas ideas como hechas para el "desarrollo del sentido crítico", pero para que ello fuera cierto, tendrían que pasar dos cosas:

1. Que el sentido crítico se desarrolle con base en el razonamiento lógico
2. Que el desarrollo del sentido crítico implica forzosamente, que un estudiante incluso pueda cuestionar aquello que le es impartido

Y ninguna de las dos ocurre. La razón es que el desarrollo del sentido crítico no se ha hecho desde el razonamiento lógico, sino desde las emociones y los sentimientos. Por tanto, consideran incorrecto que alguien pueda argumentar basándose en hechos, datos y estudios, por el simple hecho de que dicha información pueda herir susceptibilidades. Obligan a callar para que otros no se sientan mal, aún en detrimento de la verdad, que debería ser el fin de la educación en general. Y bajo esta misma figura de la protección a los sentimientos de un colectivo, viene la tentativa de anulación del pensamiento contrario.

El problema en sí no es Fecode, ellos simplemente se aprovechan de las circunstancias. El desafío debe ser el cómo combatir esa influencia en la academia misma, y todo empieza por terminar el unicato sindical que impera en el gremio educativo. No hay que acabar a Fecode, sólo hay que ponerlos a competir.

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