En este histórico primer tema empezado por mí creado totalmente desde el celular (¡Ay, no, pues! ¡Qué acontecimiento! Ja ja ja), les dejo algunas impresiones de esta producción que hizo activar mis lagrimales como el verraco y, de paso, me hizo pensar: 'Definitivamente, Disney es un PUTO AMO para contar historias!'
Apenas ayer me pillé la primera parte de 'Frozen' (y saber que hubo gente que esperó 6 años, ¡6 AÑOS! para el segundo episodio que acabo de ver). Sentado aquí en la plazoleta de comidas del piso inmediatamente contiguo en el que está únicamente Royal Films de Centenario aquí en Cali, esperando a que sean las 5:40 para entrar a la función de 'Midway' y luego de confirmar en la línea de atención al usuario del MÍO que la T50 está operando en la Estación La Ermita para cuando salga (lo que lo obligan a uno a hacer los hijuema... mamer...; los hijuepu... desocupa... y otras alima... varias; disculpen), me alegro de haberme concedido de un día para otro la oportunidad de no haberle perdido la línea a esta historia.
Mientras me desatrasé de 'Una Aventura Congelada' como también se le conoce en Hispanoamérica, lo único que lamentaba de la trama es que hubiesen tantas canciones. ¡Qué ganas de ponerse a interpretar por todo, ole! ¿Porqué no le pusieron 'Frozen: An American Idol Experience On Ice' o alguna maricada así? No, mentira, ja ja ja. 'Es una de Disney, adaptada de una historia europea escrita SUPUESTAMENTE SOLO PARA NIÑOS', me recordó algo en la cabeza y bueno, me resigné a escuchar esas hermosas voces cantando porque amaneció; cantando porque van al baño; cantando porque esto y lo otro ¡maldita sea! ¡Qué joda tanta can..! Cálmate, cálmate, es una de Disney adaptada de una histo... ¡SÍ, YA SÉ! ¡YA SÉ! ¡CALLATE Y NO ME JODÁS MÁS LA PUTA VIDA! ¡¿SÍ?!...
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Listo, pues. Obviando lo de las hijueputas canciones, la historia de 'Frozen 1' me entretuvo de manera suficiente como para dejar en mí las ganas de ir a una sala a pillarme la continuación, la secuela que le dicen; y damas y caballeros: ¡qué relato del putas! ¡Mucho el contenido que se mandaron los de la 'Casa Del Ratón'! ¡Vaya ejercicio narrativo de proporciones extraordinarias! Apenas en los primeros minutos de la película ya estaban "empezando a fregar" con el cancionero y reflexioné: 'Aquí vamos otra vez'. Y encima que no sé si será un problema de mi parte o el de la proyección que a veces uno no escucha bien las letras, pero en fin: la proyección fue pasando y pasando, esta me iba envolviendo y desarmando, hasta que logró que corriera agua salada por mis mejillas para llegar a mi boca. ¡Y varias veces!
Lo que logró conmoverme de esta producción fueron dos hechos concretos que contiene de por sí el arco argumental: el de la inquietud permanente por encontrar el sitio a donde realmente pertenecemos, y la entrega (o renuncia) que se hace por lograr este objetivo. A veces esta renuncia puede significar una decisión bastante radical tal y como nos lo muestra la 'peli', y esto cuando te sientes tan compenetrado con el desarollo de la historia llega el instante en que de algún modo te quebranta. Esta es una de esas maravillas que puede causar el séptimo arte cuando nos brinda una oferta de aquellas que tienen eso que algunos denominan 'estado de gracia'.
Y 'Frozen II' me parece que lo tiene. Todo está en su justo lugar dentro del devenir de la trama: las canciones (sí, ellas); los diálogos trascendentales; las situaciones jocosas; el desenvolvimiento de cada escena... Aquí las partes se saben unir para conformar un todo preciso, muy sentimental, y que al final logró dejarme con una profunda reflexión sobre el sentido personal.
Los dejo: me voy a ver 'Midway'; todo bien.
Por Soyado