Parcialmente de acuerdo. Pienso que el problema no es el sistema "neoliberal" tan criticado por los evangelistas de la "justicia social" y los obsesionados con el coeficiente de Gini (que de repente se convirtió en la unidad de medida de la desigualdad), sino que ha sido la corrupción de los gobernantes.

Sin embargo, la corrupción no puede ser atribuida a una orientación política en particular, pues la corrupción se ve en todo tipo de gobiernos, sean de derecha o de izquierda. Basta con ver las protestas en Bolivia por los resultados de las elecciones, de las que ya se habla de que hubo fraude.

De ahí a que se hagan preguntas sobre las verdaderas intenciones detrás de las protestas. Uruguay en el último año ha vivido una situación similar a la de Chile: aumentó el precio del pasaje del Ómnibus de Montevideo un 6%, el peso uruguayo se ha devaluado cerca de un 15% y han aumentado los precios de la carne y el pollo. Extrañamente, Uruguay no está incendiado.

No se puede subestimar al "castrochavismo", entonces. Que estos países estén llevados del putas no significa que sus líderes no sean influyentes, más si tienen alianzas con Rusia y China, además de organizaciones criminales. No es una conspiración estúpida, es simplemente una posibilidad aún no comprobada.

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