Cerrando este ensayo sobre las Gordibuenas, concluyo con esta segunda parte que espero pueda resultar tan interesante como la primera. O al menos que los deje pensando un poco. Me doy cuenta de lo difícil que resulta plasmar un montón de ideas que se te vienen a la mente que tú quisieras verterlas todas en el mismo instante que se te ocurren, ya sea en un papel o como en este caso una pantalla. Pero bueno, ahí hacemos el intento y lo importante es que el tema genere el interés suficiente como para que haya más posts similares a este (…) o en su defecto, suban más material fotográfico al respecto. Sí, ole: que para ser justos, de gorditas bien ricas hay muchísimos menos aportes comparados con los de flacas (y no es que esté en contra de estas. Las flacotas también merecen admiración y morboseo por igual).

Y con estas espectaculares ‘pics’ proporcionadas por nuestro amigo @¡¡Bogotano!! mostrando a este pedazote de hembra que sin duda hace parte del Olimpo de las ‘chubbies’, damos inicio formal al último volumen de ‘Hablemos de Gordibuenas’ by Soyado.





Si en mi post anterior mostré más que todo chicas con algo de evidente sobrepeso, justo es que en esta ocasión me detenga a hacerle una mención merecida a aquellas que ya conviven directamente con la obesidad en su apariencia y en ciertos casos, tirando hacia la obesidad mórbida. Un ejemplo claro de esto es Victoria Matosa, aporte suministrado por el señor @Frank Lucas:





Como bien lo ven se trata de una hembra bastante ancha, de piernas harto rollizas, dueña de un estómago generoso y de un culo enorme como de unas tetas ídem (ah, además me parece a mí tiene una cara bonita). Ahora: casi todos estamos de acuerdo en que una gordibuena por defecto ha de tener un trasero voluminoso, pero… ¿Qué sucede cuando una no tiene precisamente unas glándulas mamarias harto desarrolladas? Pues las hay por supuesto, y personalmente este detalle me decepciona bastante en una mujer de este tipo. He aquí una demostración de lo mencionado, cortesía de nuevo de otro post del compa Frank.



Sí: eres muy bonita, pero te faltan téticas, honey

Ahora pasemos a otra categoría dentro de las gordibuenas que también merece su consideración: la de aquellas que no tienen un rostro lindo, o al menos simpático. Para mí la faz de una dama es un detalle fundamental, muy a pesar de ese famoso refrán que reza: ‘el que no gurrea, no culea’. Mentiría si les llegara a afirmar que todas las mujeres que alguna vez me han gustado (y me gustan) han sido o son de hermosas caras, pero por lo general aquellas que son encantadoras o simplemente agradables generan una mejor sensación de atracción por así decirlo.

Aunque con el paso del tiempo he aprendido algo: sé tan o más amable como si lo fueses a ser con una bella con un gurrecito que del cuello para abajo ofrezca algo que te interese lo suficiente y que además se porta bien contigo. Al menos en mi experiencia, puedo casi asegurar que estas féminas prácticamente no ponen remilgos si les miras sin sutilezas una zona de su geografía anatómica y para rematar con broche de oro, se sienten más agradecidas y se ponen de tu lado. Es decir: comprenden -quizá más ecuánimemente-, que tu cariño se base en gran parte en el interés físico que les generas. Aquí van las imágenes de las mentadas, cortesía de un post publicado por @falcotblack ;





Listo. Remato este post con una cubana gordibuena llamada Leydis, proveniente de un post publicado por el señor @Border Collie Man ; Leydis podría ser perfectamente una compañera de trabajo o de estudios, una vecinita, o una conocida a la que con mucho gusto le estaríamos haciendo el ‘catorce’. ¿O no?




Feliz puente para todos ustedes, Estimados Denunciantes.