es cierto, aunque los artículos pretenden explicar el movimiento caótico de los "chalecos amarillos" poniendo énfasis en que no responden a una ideología determinada, ni tampoco tienen líderes reconocidos. Mucho menos reivindicaciones únicas.

Lo que se percibe es la desconfianza hacia las instituciones. Se protesta contra todo, sin pausa ni medida. El miedo los mueve. Miedo a perder lo alcanzado y ser arrastrados a la pobreza que creían superada. Y ante el individualismo rampante, son las tribus urbanas, cada cual por su lado, las que ocupan las calles.