Colombia nunca ha estado preparada para nada, eso es cierto. Pero así como no estábamos preparados para moler a bala a medio país, eso no nos impidió regar de sangre todos los campos.

De hecho, tampoco hemos estado preparados para que nos roben hasta la billetera y ello no nos ha impedido elegir los presidentes que hemos elegido.

Si nos fijamos bien, mucho menos estábamos preparados a principios de los noventa para una apertura económica y sin embargo no tuvimos inconveniente en abrirnos de paticas ante el resto del mundo.

Ya en el tema, los deplorables resultados y el altísimo costo en vidas humanas y recursos económicos de la guerra que hemos librado contra las drogas deja en evidencia que nunca, pero nunca nunca nunca estuvimos preparados para ella. Y ahí seguimos insistiendo tras cuarenta años de fracasos y más fracasos.

No se, pero pienso que valdría la pena probar alternativas distintas a las que no han hecho sino fracasar. Así no estemos preparados para ellas, como nunca estuvimos preparados para las tradicionales. A lo mejor en la vida hay que ir haciendo el camino mientras se anda en lugar de esperar a que los demás nos hagan una autopista para empezar a andar.