Además de ser un hit de Instagram, este plato inglés guarda múltiples beneficios para la salud según un estudio de la universidad de Harvard





FOTO: CORBIS

¿Qué es el porridge?

Si has visto en Instagram imágenes de boles sanísimos repletos de frutos secos, trozos de fruta y cereales, sí, es el tipo de comida del que estamos hablando. Más allá de convertirse en un indicativo de que tu apetito es una víctima de la moda, este plato inglés podría traducirse como “gachas”, a menudo de avena. Entre las recetas que circulan por la red, la mayoría indican poner los granos de avena en una cazuela con agua y sal y remover a fuego lento (con una suerte de cuchara muy fina llamada ‘spurtle’) hasta conseguir una especie de papilla. Después se puede servir leche muy fría, que ayuda a enriquecer el sabor del plato.


El cielo es el límite a la hora de añadirle complementos: las versiones más puritanas insisten en tomar las gachas tal cual (sin ni siquiera añadirle leche), mientras que otras optan por incorporar miel, yogur, frutas del bosque, mermelada, y hasta convertirlo en un plato salado, como puede verse en algunas de las recetas que se recogen del Campeonato Mundial de Porridge (sí, eso existe).

Ya se elijan granos de avena integral o algún otro cereal como la quinoa, lo importante, tal y como explica el diario The Guardian, es que la textura debe ser cremosa, pero “suficientemente gomosa al masticarla como para mantenerla interesante”.

Aunque el porridge se toma mucho en Inglaterra, existe en China un plato muy similar llamado congee o jook. Su ingrediente principal es el arroz, que se sirve con la misma consistencia que estas gachas, y se le añade pescado, gambas o pollo.





¿Por qué es bueno para la salud?

Por los beneficios que presenta para el organismo. En un estudio reciente de la Universidad de Harvard, los investigadores descubrieron que los cereales integrales tienen un efecto a largo plazo sobre la esperanza de vida.

Como recogía el diario Independent, en la investigación se hizo un seguimiento de las dietas de más de 100.000 personas, a las que monitorizaron durante más de 14 años. Todas ellas estaban sanas en 1984, pero cuando se volvió a hacer un seguimiento en 2010 se vio que más de 26.000 personas habían fallecido.

La excepción residía en la alimentación: aquellas que habían tomado cereales integrales, como porridge, arroz integral, maíz o quinoa parecían protegidos de varias enfermedades, particularmente de ataque al corazón. De hecho, los científicos averiguaron que por cada 28g de cereales integrales al día (un bol pequeño de este plato) el riesgo de muerte se reducía un 5% y los ataques al corazón, un 9%.


Porridge con arándanos