No, por Dios, ni yo ni nadie cree que los casi doce millones de votos tienen dueño. Si algo hay que resaltar es que estos votantes son independientes y pertenecen a todos las corrientes del espectro político. Son votos de opinión unidos a una sola causa: la lucha contra la corrupción y no seguidores de quienes lideraron esta iniciativa popular.

Si estas casi doce millones de personas (entre las que me incluyo) acudieron a las urnas sin ningún incentivo y no le pararon bolas a las voces en contra de la consulta, seguramente vuelven a las urnas a apoyar a líderes honestos que quieran seguir luchando contra la corrupción, sin importar la ideología.

Y respecto a Claudia López que la veo como buena parlamentaria y analista, pero dudo de sus dotes de administradora por su sectarismo (no votaría por ella para la alcaldía de Bogotá), el éxito de la consulta y el pluralismo político de los votantes fue gracias a que ella y los demás promotores de la consulta la separaron de cualquier tinte partidista.

Muestra de ello es que al ser aprobada unánimemente por todas las fuerzas políticas se le dio un cariz pluralista. El que el uribismo no hubiera honrado el acuerdo y otras fuerzas políticas le dieran un apoyo tibio o pasaran de agache, le dio el protagonismo a los demás. Esta actitud de partidos inmersos en la corrupción, hizo que los votantes, con su voto, la rechazaran votando el 99% SI.

De carambola, los promotores se vieron favorecidos mediáticamente y gracias al uribismo & Cia, la graduaron de abanderada contra la corrupción. Que esto se traduzca en votos, está por verse, pero indudablemente Claudia López y los demás salieron favorecidos.