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#1 |
Denunciante Dorado
 |  ¿Por qué no vivimos cada día como si fuese el último?
Calificación: de
5,00
 | La rutina es demasiado poderosa. Meditando en lo que ella significa, me doy cuenta de que la energía que tiene es tanta que solamente un giro muy violento puede deshacer su fuerza. O al menos reducir su impacto tremendo sobre cualquiera.
Nos acostumbramos -quizás sobre todo si tenemos un trabajo fijo- a la mecanización no solo de costumbres cotidianas como el bañarnos, vestirnos, ir por una determinada ruta, laborar; sino también y tal vez esto sea más lamentable, de los sentimientos y de las opiniones.
Enemigo íntimo...
Hace mucho leí por ahí palabras de un místico de India el cual compartía que dentro de la masa no actuamos sino que reaccionamos. Trate de pensar por un momento, estimado compañero, cuántas de sus respuestas son realmente auténticas y no producto del hábito. Aquí ‘respuestas’ alude tanto a lo que usted deja salir de su boca ante una pregunta o comentario, como a lo que realiza o piensa frente a una acción determinada.
Y parece que vivimos en un medio de vida entregado a los estereotipos. Muchos de quienes presumen de ser originales, independientes o rebeldes no son más que individuos que necesitan reforzar su identidad en un grupo, basando su supuesta autoafirmación en la más de las veces caprichosos decires de sus más cercanos.
Citando un ejemplo ilustrativo que enmarque los párrafos anteriores, para mí la película ‘Matrix’ es una cuyo contenido no perderá vigencia dejando de lado su enfoque basado en el entretenimiento.
¿Tendremos la valentía de tomar la pastilla roja?
‘Matrix’ es precisamente una metáfora sobre la alienación, y comparte el concepto desarrollado en muchas de las filosofías provenientes de sociedades orientales de la elección de las ilusiones por el hombre común en vez de observar lo que realmente sucede.
Es que una de las cosas más difíciles en la vida, sino la más complicada, es tener el coraje de adentrarse en uno mismo: por eso es que tantos eligen el mundanal ruido por más fastidioso que pueda llegar a ser a sentarse a escuchar el silencio de su alma. Porque esto último puede llegar a ser aterrador, a menos de que contemos con la bendición inigualable de aceptarlo (y vivirlo) como el respirar…
Por Soyado
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