Vamos por partes.

Yo, al menos, no he hablado de que se haya concertado entre Santos y Duque el reconocimiento de Palestina como Estado. Y me atengo, como usted, a lo que dice el nuevo canciller.

Veamos:

La decisión de Santos, según Holmes Trujillo, le fue informada por la canciller "pocos días antes". Yo agrego: "no le puso reparo". Es obvia la conclusión. Si Duque se hubiera opuesto, lo habría manifestado o habría puesto el hecho en conocimiento de Uribe y de la opinión pública, desatándose una tormenta política. Pero no lo hizo y como dice el viejo dicho "el que calla, otorga".

Hace unas horas, Duque echó reversa sobre una afirmación que hizo como candidato de trasladar la embajada de Colombia a Jerusalén, lo que da por sentado que dicha ciudad no pertenece a Israel y por tanto, el simbolismo de trasladar delegaciones diplomáticas no lo apoya el nuevo gobierno.

Aunque ya debe tener una decisión tomada y por eso dejó a Santos con las manos libres para que lo hiciera, ahora llama a la Comisión Asesora de Relaciones Exteriores para que se pronuncie sobre el tema. Buena jugada porque deposita las razones de su decisión en manos de sus aliados (con excepción de Samper). La clásica lavada de manos.

Al margen: me sorprende Duque. Está resultando buen político.