La viuda mira a su marido una última vez antes del velorio, cuando a su horror observa que tiene puesto un traje marrón. Ella le había dicho específicamente a la funeraria que deseaba que el fuera enterrado en su traje azul favorito.
-Exijo que sea enterrado en el traje azul que traje, dice la mujer
-Pero señora el velorio empieza en dos minutos, es imposible prepararlo en tan poco tiempo. Responde el funerario.
-No me importa, ¿acaso no soy yo la que estoy pagando?, responde de forma agresiva la mujer
El empleado sintiéndose regañado se lleva el cuerpo dentro del ataúd, sin embargo en menos de 2 minutos regresa a tiempo. Y esta vez milagrosamente, el cadáver llevaba el traje azul.
Después de la ceremonia la viuda satisfecha felicita al funerario por su gran trabajo y le pregunta como hizo para cambiar el traje en tan poco tiempo. Y el le responde:
-Ah no, todo termino siendo más fácil que lo que pensaba. Resulta que atrás teniímos un cadáver en un traje azul y sólo fue necesario intercambiar las cabezas.