Todo pasó en la ciudad de Valencia, España, cuando un grupo de amigos planeó por meses la mejor despedida de soltero, la cual planearon en un puerto para poder celebrar en medio del mar, y aunque la tripulación tenía un límite de nueve personas, no siguieron las indicaciones y decidieron invitar a unas prostitutas.
En total, los ocho amigos llevaron una docena de acompañantes para celebrar en altamar con alcohol y demás, pero todo se salió de las manos cuando el yate se estaba hundiendo debido al exceso de peso que flotaba en el mar.
Debido a la emergencia, el grupo de amigos se vio obligado a llamar a las autoridades en busca de ayuda, teniendo en cuenta que en la celebración había más mujeres que hombres. De paso el propietario de la embarcación fue denunciado al poner en peligro a la tripulación, pues todos tuvieron que saltar al agua para no hundirse junto con las ilusiones de seguir festejando.