Temas de campaña, tan gaseosos que ya nadie les para bolas, aparte de que 300 escoltas, con los adicionales que le otorga el gobierno, convierten en una tarea casi imposible un atentado contra el senador Uribe.

De todas maneras, estamos en la Colombia violenta donde la vida es una mercancía y la protección de los líderes políticos es un imperativo para resguardar nuestra democracia.

Infortunadamente, no pasa lo mismo con los líderes sociales que siguen siendo asesinados diariamente por quienes creen que el "todo vale" es el que impedirá las reivindicaciones de la población vulnerable.