Jejejeje, tranquilo OoOops. Tómate un vaso de agua, respira profundo y sonríe que, a pesar de los políticos, la vida continúa y aunque no es un lecho de rosas, tampoco todo son espinas.

Nadie es poseedor de la verdad y eso es lo bueno del mundo que nos tocó vivir. La verdad la construimos entre todos, en el cada día, en nuestro entorno y mirando un poco más allá.

¿Ángeles o demonios? Simplemente son políticos. Algunos tienen buenas intenciones, otros sólo viven para robar, cada quien favorece a los suyos, pero los une el amor por el poder. Es la droga que los alimenta.

Lo complicado es cuando nos contagiamos los de afuera. Nos intoxicamos para que ellos se gocen la traba. En otras palabras, los subimos para que la pasen bueno a costa de nuestros bolsillos.

Si conseguimos apartarnos un poco del circo, quizás dejemos de entretenernos con unos cuantos árboles y alcancemos a ver el bosque

Gústenos o no Duque, a medida que pasan los días se fortalece su probabilidad de ser presidente. ¿Decirlo me hace derechista, traidor, uribeño, paraco?

Gústenos o no, Petro se convirtió en un fenómeno electoral que encanta multitudes. ¿Decirlo me convierte en mamerto, agüevado, terrorista, castrochavista?

Duque es el más probable presidente y Petro, de hecho, se convierte en el jefe de la oposición durante los próximos cuatro años e incendiará el congreso desde su curul como senador.

¿Afirmarlo, me convierte en un inocente, pendejo, o pobre sujeto digno de conmiseración?

Es simple realismo político. El que gane, gobierna; el que pierde, se opone. El uno cometerá errores, el otro, se los sacará en cara.

Mientras tanto, los demás seguiremos trabajando y disfrutando la vida, lejos de las rencillas de los cuervos que se roban el Estado en uno u otro bando.