Imbeciles que se quedaron ignorantes que no saben sino cargar un arma, como gran merito. Los de la guerrilla, por falta de oportunidades y escuelas en el campo. Los del ejercito por vocación, eso si.

Seamos sinceros: habla uno dos o tres minutos con cualquier general y salta a relucir su nivel académico a los dos minutos. Lamentable, pero no tiene que ser así, en Estados Unidos quienes alcanzan estos mismos rangos son personas ilustradas que le pueden dar sopa y seco a cualquier estadista latinoamericano. Pueda ser que mientras menos tengan que empuñar un arma y más puedan cojer un libro, las cosas empiecen a cambiar para bien.