Por fortuna, tenemos instituciones más sólidas que las venezolanas y un intento totalitario no tiene cabida. Un ejemplo reciente es el de Álvaro Uribe. Su intento de modificar la Constitución para poderse reelegir por segunda vez fue frenado por la Corte Constitucional, pese al gran apoyo popular que tenía.

Pero...

De entrada, una victoria suya, causaría gran preocupación en los inversionistas extranjeros y es posible que frenarían su llegada o expansión en Colombia, causando un grave perjuicio a la economía colombiana.

Y aunque varios de sus intentos populistas serían frenados por el Congreso y por la Corte Constitucional, su manera errática de gobernar paralizaría el Estado o lo haría cometer graves errores como el de parar en seco la extracción de minerales.

Si comienzan a escasear las divisas, las posibilidades de una inflación creciente se disparan. Subsidios a granel, subida abrupta de salarios sin respaldo en la productividad y el cierre del crédito extranjero, llevarían al país al caos.

Y si a esto le agregamos su amenaza de convocar una asamblea constituyente, la inestabilidad política consiguiente ahondaría la polarización .

Serían cuatro años perdidos y quedaría gravemente dañado el ******o productivo y debilitadas al máximo las instituciones.