Continuando con lo escrito en la página 1501, y Habiendo recibido solo un comentario dando vía libre a la narración del resto de la experiencia de esa noche, me dispongo a terminar de contar lo sucedido en esa incursión al barrio.
Después de haber comentado el desplante propinado por Carolina “la Wafer”, a causa del tiempo exagerado que tarde en recuperarme para volver a caerle y pedirle otro rato, no quería dejar pasar la ocasión sin tener otro momento de intensidad, decidiéndome a buscar en los brazos de otra mujer, un comportamiento similar al de esta meretriz.
Ingrese a varios negocios buscando mi objetivo. Entre a la casona y preciso estaba haciendo Show una mujer que había visto en Troya en ocasiones anteriores y me atraía mucho, dado que irradiaba sensualidad. La verdad me despertaba mucha pasión esta mujer, mucha. Realmente es el tipo de mujer que enciende el deseo en casi todos los hombres, así tengan distintos gustos, porque tiene todos los atributos muy marcados pero sin llegar a ser exagerada, desembocando en sensualidad a más no poder. Estaba haciendo Show en la barra donde venden el trago, en toda la entrada. Después de dudar en hablarle las veces anteriores que la vi en Troya, pensé que no podía dejar pasar esta oportunidad. Por fin se daban las condiciones!!! Tenía algo de dinero para pagarle la tarifa e incluso varios ratos en caso de lograr empatía con esta provocativa mujer cuya belleza, senos, trasero y porte, se encontraba muy encima del promedio.
En fin, Espere a que terminara para abordarla, aguarde a que se bajara de la barra y que no estuviera muy sudada por el baile realizado. Su cara era algo redonda, de buena estatura, color de piel blanca, ni gruesa ni delgada, cabello negro ondulado, muy abundante y largo, casi hasta sus glúteos, posiblemente con extensiones por lo largo, no estoy seguro, lo conjeturo es por lo extenso del mismo. De todos modos, se le veía precioso y aportaba mucho a su atractivo en general. Cintura pequeña, piernas bonitas, tal vez un poco delgadas, pero solo un poco, muy poco, sin quitarle ni una gota de belleza, antes por el contrario, le daban un toque algo estilizado y elegante que le otorgaban un buen balance a su elevada carga de mujer sexy. Senos operados que le lucían mucho y se le veían apetitosos. Sin embargo, su trasero era lo que estaba en niveles casi de perfección, abultado, duro, redondo. Parecía que pedía a gritos ser acariciado, besado, chupado, mordido, penetrado de forma profunda. Operado?? Tal vez, pero por lo general cuando es artificial, por muy bien realizada la cirugía, hay perfiles y ángulos en los cuales se nota la desproporción entre la curvatura de sus nalgas y el inicio de sus muslos. En este caso, no se captaban tales desproporciones o por lo menos no eran tan evidentes. No quiero dar a entender que sea un experto en esto, no faltaba más, pero al mirar a otras chicas lindas que son operadas, hay momentos en que se hace más patente que sus atributos no encajan con su contextura, pero no, en este caso no, con Carmen, lo anterior era prácticamente inexistente. En conclusión, su trasero era alucinante y en caso de tener la cola operada, entonces se colocó en manos de un excelente cirujano y si era natural, definitivamente, nada más que decir!!!, de las mejores colas naturales que he visto en mi vida.
Dado su estatura, porte y esbeltez, la última duda que me surgió era si se trataba de un transexual operado. Pero, ya la había visto en Troya y ahora en la casona. Es poco probable que se les cuele alguien así. Además, al fijarme en sus manos, se le veían pequeñas y su garganta no acusaba ningún tipo de saliente. Al final, concluí que la duda no tenía mucho fundamento.
En la conversación me dijo que se llamaba Carmen y era de San Andrés. Siiii, su acento se sentía bastante caribeño y su tono, muy femenino. Al indagar por el costo de su servicio, me dijo que sesenta mil pesos ($ 60.000) a lo cual le propuse que cincuenta mil ($ 50.000). Me contesto inmediatamente que cincuenta y cinco ($ 55.000). Acepte de inmediato y listo para subir y vivir la experiencia de estar con una prostituta muy, pero muy apetecible.
Ya estando en la habitación, el resultado fue una total decepción. Realizó un sexo oral normal, con poca dedicación. Ante tan insípido inicio, le dije que nos colocamos en posición de misionero. Le pregunte si podía besarle el cuerpo y los senos, a lo cual me respondió que si (Los máster recomiendan siempre dejar en claro estos servicios antes de concretar, pero no sabía de la existencia de este foro ni de sus consejos). Sin embargo, coloco sutilmente sus manos entre mi cara y su pecho, no con la palma hacia mí, sino, simplemente los coloco medio cerradas y eso era una señal de distancia y lo recibí como un mensaje no verbal, de mantenerme algo alejado. Al no poder desfogar mis ganas de besarla, de chuparle sus pezones, de abrazarla con fuerza, le propuse cambiar de posición y que se colocara en cuatro.
Todo empezó normal, pero a los pocos segundos empezó a moverse rápidamente y con gemidos suaves, yo me movía poco y estaba prácticamente quieto, porque sus movimientos lo hacían todo y con una velocidad creciente. Su culo, precioso verlo en esa posición, y cada vez se escuchaba mas el golpe de sus nalgas contra mi pelvis, pero aun así, las cosas seguían en esa tónica de indiferencia y mecanicidad. Pasaron unos 20 a 30 segundos y sus movimientos tomaron una cadencia desenfrenada, hasta que al final, se detuvo bruscamente, expiró con fuerza y dijo: “me vine”. No sé si sería su libido acumulada o que otra causa porque nunca sentí que lo hiciera por incitarme a eyacular. Total ausencia de frases típicas de porno como “papi dame la lechita”. No, para nada, solo la frase ya referida. Prácticamente, no habló. Es como si se hubiera concentrado en ella y presa de su propio placer, no tuvo reparos en llevar al límite su éxtasis, sin correr el riesgo de interrumpir su lapso de nirvana con el compañero de turno.
Debido a su actitud simple y mediocre servicio, ni siquiera lograba eyacular o por lo menos sentirme satisfecho. Al advertir que esto no mejoraría y que el tiempo se acababa, me levante y ella, desde la posición de perrito, se giró, quedando acostada en la cama con una expresión un tanto rara, con una mezcla de cansancio, satisfacción y extrañeza. Se quedo observando la totalidad de mi cuerpo durante unos segundos, fijo su mirada en mi miembro, totalmente erecto, aun apuntando al cielo y con el condón encima. Segundos después, pregunto con cierta curiosidad: “¿Está nervioso?, no se vino”. Le conteste que no, sencillamente que demoraba un poco más del tiempo que otorgan esos sitios. Me comentó: “Pague otro rato”. Solo dije: “No”. Inmediatamente, se levanto y se dirigió al baño. Siendo sincero, en ese momento pensé “MALDITA MUJER Y TODAS LAS DE TU ESTIRPE!!!, creyéndose diosas del Olimpo. Que piensan?? Que con permitir acercárseles ya es mucho conceder?? Que pueden situarse a un nivel por encima de los demás?? Que no vale la pena ver mas allá de sus atributos naturales o artificiales y preguntarse por un instante, que siente y que desea el otro?? El que te está pagando, tonta!!, el supuesto pervertido que te busca y tal vez quiera algo más que simplemente penetrar. Nooo, no, nooo, tu limitada visión no da para ello, tú misma te confinas a ser vista solo como objeto del momento, algo fugaz, intrascendente, anecdótico, poco menos que risible. Ningún hombre en rol de cliente, llegará a ver en ti, algo más que una vieja que está bien buena”. En fin, muchos pensamientos cruzaron por mi mente en muy poco tiempo y de imaginar que si todas las mujeres bellas tendrían esta misma actitud, lo único que me quedaría seria MALDECIRME A MI MISMO, por tener una actitud igual de superflua, igual de torpe, pero esta vez, al tratar de buscar lo divino dentro de lo banal, queriendo encontrar la exquisitez dentro del fango y buscar un “algo más” que no tienen o que no saben cómo dar, que no les importa, que no pueden concebir en la mezquindad de su ego.
Después de estos verdaderos ladridos dentro de mi psique, me vestí, teniendo muy en claro que lo más estúpido seria hacer reclamos, o expresarle mi insatisfacción. Por lo menos, en ese momento, no tenía sentido quejarme, porque de todos modos, es parte de la exploración y ya sea bueno o malo, son experiencias. Es el aprendizaje sobre este ambiente y de aquello que uno se puede encontrar. De antemano sabía que situaciones así eran posibles.
Ella aun se encontraba en el baño, observándose en el espejo, fijamente. No se vestía, no se maquillaba, solo se miraba y por el reflejo del espejo, también me detallaba, como si estuviera examinando lo que paso. Igual, no creo que le importara mucho y debió ser un simple rato mas para ella. Le hice un gesto de despedida y pude notar que no dejo de mirarme hasta mi salida de la habitación.
Baje las escaleras con esa sensación de vacío, con esas ganas inmensas de echar por tierra la atracción que se siente por las mujeres de gran belleza y solo enfocarse en aquellas que tengan mayor entrega, así no estén tan provocativas. Seguramente implican menor esfuerzo y gasto. No es despecho o sentimientos de ruptura que acontecen en parejas, no es “tusa”, no me refiero a eso, sino a una profunda decepción de todo el empeño y la adrenalina que genera el lograr acceder a semejantes ejemplares de hembras para que resulten siendo tan simples, tan vacías, tan normales. Decepción que se siente por haber destinado mal el dinero, las energías y el tiempo, en vez de invertirlo hacia cosas que pueden resultar más enriquecedoras, e incluso placenteras.
Debo mencionar que meses después, la volví a ver en Troya. Estaba como en vestido de baño, tanga y sostén rojo, igual a como la había visto las veces anteriores. Esta vez si me pareció ver esos perfiles que denotan trasero operado, pero igual, era una duda con poca importancia dado lo simple de su actitud y mi nulo deseo de volver a abordarla.
Nunca he escuchado que la mencionen en el foro, ni siquiera de parte de los más experimentados, lo que me hace pensar que su estancia en ese sector es muy esporádica.
Continuando con el relato, Salí de la Casona, dispuesto a intentar con otra nena que estuviera bien buena y me atendiera satisfactoriamente.
Estaba en la mitad de la calle, decidiendo a que otro sitio entrar, ya con algo de expectativa baja, más bien con no muchas esperanzas de encontrar al mujeron que pudiera comerme con sevicia.
Cuando de repente, entre medio aburrido y desmotivado, de Troya va saliendo una mujer bajita, con una licra corta, que se le marcaba todo y todo es todo, de cara linda y cuerpo pequeño, pero provocador, buenas piernas, senos normales. Pasa delante de mí y me quedo detallándola para ver si me despierta el morbo. Va en dirección a Venus y cuando me da la espalda y veo esa cola, enseguida una erección total. Culito parado, redondito y a la fija que este si era natural. Otra vez me regresaron las esperanzas, sin pensarlo dos veces, le di alcance y antes de que entrara a Venus, la detuve. Su reacción fue un poco de sorpresa, pero su mirada expresaba alegría y vivacidad. Le dije “Hola como estas, cómo te llamas??” a lo cual respondió : “Lorena......”