Tras las elecciones presidenciales y un fraude sin precedentes, la indignación popular envió a miles de manifestantes a las calles, en donde hubieron tomas de carreteras, quema de llantas y lamentablemente saqueos de comercios.
Debido a lo anterior las fuerzas gubernamentales, Policía Nacional y Policía Militar, se enfrentaron con los manifestantes, dejando el saldo de más de 30 personas muertas en los dos bandos, cientos de heridos y lesionados.
Lo triste es que los que derraman su sangre son del pueblo, unos civiles y otros uniformados, y la cúpula de ambos bandos muy bien gracias.