Ojalá los de Troya reciban un castigo ejemplar por vender licor adulterado; están atentando contra la vida y salud de las personas. Con el volumen de venta de licor que manejan y con los precios que cobran es absurdo e incomprensible que hagan esas cochinadas. El hambre rompe el saco y se ve que solo quieren llenarse los bolsillos lo más rápido posible. Desconozco la pena que puede acarrear este tipo de delito pero supongo que va desde lo económico (multa), la suspensión de la licencia de funcionamiento (sellamiento) y lo más importante el tema penal (cárcel para los responsables).