La paz que se firmó fue entre el mayor grupo armado del país (Farc) y el Estado colombiano. Cerca de 10.000 hombres se desmovilizaron, entregaron las armas y en estos momentos se encuentran haciendo su tránsito hacia la vida legal. Cerca de un 5% no lo hicieron y hoy están siendo perseguidos por las fuerzas del orden como delincuencia común.

La violencia disminuyó dramáticamente como puede comprobarse a través de diversas fuentes, pero esto no quiere decir que ni ahora, ni nunca, nos vamos a convertir en una sociedad pacífica, sin muertos violentos. Siempre habrá bandas criminales y los inevitables enfrentamientos por el territorio donde cometen sus fechorías.

Se terminó la guerra con las Farc, pero los retos para construir una sociedad menos violenta donde impere el respeto mutuo es tarea de muchos años y muchas generaciones que hagan posible cambiar la mentalidad violenta que traemos en nuestros genes sociales desde que nos asomamos al mundo.