Desde el paro petrolero de 2002 - 2003, PDVSA va de capa caída. Reemplazados los técnicos por los políticos su producción mermó, el mantenimiento de sus plantas cesó, la burocracia aumentó y para rematar, los precios internacionales del petróleo cayeron en picada en los últimos años.

Producción: pasó de 3.329.000 (1998) a 1.900.000 (2017) de barriles diarios
Empleados: 40.000 (1998) a 113.000 (2017)
Aportes al Estado en impuestos: Descendieron 58%

Aparte de eso, Maduro le paga a Rusia y China las deudas con petróleo, con un precio inferior al del mercado. Los analistas estiman que el precio acordado es de de 20 dólares el barril. Si, además, vende a varias naciones del Caribe petróleo subsidiado (ya cesó de hacerlo con Cuba) y si se tiene en cuenta que el 96% de los ingresos del Estado provienen del petróleo, puede verse porqué Venezuela está en bancarrota.

Corrupción, desgreño administrativo y despilfarro ahondan la crisis, pero Maduro se aferra al poder con uñas y dientes y la única manera de no ir a la cárcel junto con la pandilla que lo sostiene es tener a los militares de su lado. El nombramiento de un militar para que maneje PDVSA que lo único que sabe es reprimir manifestaciones opositoras es ahondar el desastre.

Para fortuna de Maduro la oposición es un desastre peor que él, por lo que lo único que lo puede tumbar es un desesperado levantamiento popular de masas famélicas en trance de sobrevivir. La fecha es incierta. Pueden ser meses o años.