Los acuerdos ya los modificaron la Corte Constitucional y el Congreso y de la propuesta original no quedan sino hilachas. Ni hubo reforma agraria, ni se acabó el narcotráfico, ni se favorecieron los partidos pequeños en la reforma política, ni pudieron llegar los jefes de las Farc al Congreso porque antes deben pasar por la JEP.

Por esta razón a Vargas Lleras no le preocupa este acuerdo castrado. Es ante todo un gerente y durante su gobierno va a asegurar un buen clima de negocios a los empresarios, incluyendo la minería extractiva. Su objetivo es impulsar la economía y lo va a conseguir.

¿Y lo del socialismo? Un chiste electoral.