Cuidado con el sarcasmo, César, que te lo toman en serio. Por fortuna, a pesar del odio reinante, la violencia disminuye, consecuencia de la terminación de la guerra con las Farc. Infortunadamente, la violencia verbal avanza e incita a la violencia física.

La última víctima es el infame trino del senador Uribe calumniando a uno de los más respetados historiadores de Colombia, el profesor Mauricio Archila, poniéndole una lápida en un país donde la vida vale menos que un insulto.

Ya en estos momentos por las redes se desparrama la ruindad contra otra persona respetable, Humberto de la Calle, candidato del partido liberal, simplemente porque fue el jefe del equipo negociador del gobierno en el proceso de paz con las Farc.