De acuerdo y tan cierto es que a los inmigrantes ilegales los protegen en las ciudades santuario porque si bien no cumplen con las normas para una residencia legal, contribuyen a la economía con su trabajo. ¿Y por qué son ilegales? Porque son personas que por su baja escolaridad les sería negada la entrada si la solicitaran en un consulado.

Como no consiguen trabaja en sus países de origen o es mal remunerado se ven obligados a ir a países del primer mundo a trabajar como bestias (en dos o tres trabajos a la vez), subsistir con lo mínimo y mandar lo restante a sus familias. Estas remesas, por su monto, ayudan de igual manera a los países tercermundistas al punto que se constituyen en una fuente importante de divisas.

Al delincuente hay que perseguirlo, al inmigrante hay que protegerlo por su contribución a la economía y si es ilegal hay que legalizar su situación en vez de perseguirlo como si fuera un criminal, aparte de la detestable xenofobia que conspira contra el desarrollo propio de los países que se nutren del trabajo inmigrante.