15-10-2017
, 13:23:42
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#5 |
Denunciante Leyenda
| Respuesta: Doce momentos en los que el cine familiar olvidó que había niños en la sala 'Casper' (Gasparín): un romance turbio disfrazado de travesura
Kat (Christina Ricci), la protagonista de Casper (Brad Silberling, 1995), fue una heroína para todos aquellos niños a los que les costaba hacer amigos. Su único compañero de aventuras está muerto. Su padre se volvió loco intentando resucitarle, y vive esclavizado y humillado por sus tres tíos, también fantasmas. El enredo y los tropezones distrajeron a los niños de un relato amargo y cruel: Cásper, a medio camino entre Pinocho y Cenicienta, se convierte en humano durante unas horas. Resulta que el fantasmita era un guaperas, y Kat se enamora de él. Pero su amor es imposible, porque él está muerto. Ella crecerá y le dejará atrás. Casper relata un romance turbio y frustrado, y enfrenta a su público con conceptos siniestros como la pérdida, la orfandad y la soledad. Es un thriller psicológico disfrazado de travesura, que trata a sus espectadores como adultos, y asume que los chavales tendrán la intuición suficiente para empatizar con la depresión. Es una película que, sin darnos cuenta, nos ayudó a hacernos mayores. 'Este chico es un demonio' (Mi pobre diablito): atención, mensaje importante para los padres
Hoy es habitual que muchos padres jóvenes lleguen a la conclusión de que su hijo es hiperactivo, tras dejarle comer una tonelada de azúcar y no sacarle al parque en dos días. A esos padres les vendría bien volver a ver las travesuras de Junior en Este chico es un demonio (Dennis Dougan, 1990), un huerfanito con una pasmosa creatividad para hacer el mal.
Junior va dejando tras de sí un rastro de destrucción que incluye prender fuego a su habitación, arrasar una casa con una excavadora, utilizar un gato como arma arrojadiza, y arruinar la infancia de su vecina convirtiendo su fiesta de cumpleaños en una orgía de violencia y devastación. Junior es obviamente un chaval con serios problemas psicológicos que necesita ayuda para no acabar convertido en un asesino en serie a los 14 años. Pero como esta es una película familiar de los 90, resulta que lo único que necesitaba el muchacho incomprendido era la fuerza del amor. La secuela demostró que era mentira. |
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