En resumen, la esposa de Alfredo Ramos juzgó sin previo conocimiento al pobre señor por llevar una gorra con una estrella roja (se entiende como símbolo de la revolución) y tuvo que corregir lo dicho una y otra vez. El hijo del agraviado insistió en una disculpa más adecuada y fin de la historia, aclarado el malentendido.

Ahora, es cierto que no se debería juzgar a nadie por lo que haya hecho, pero resulta que muchos de estos guerrilleros cometieron crímenes atroces y no tuvieron consecuencias por ello, por lo que cuesta siquiera aceptar la mera presencia de algún individuo. Creo que muchos no dudaríamos en pedirle a uno de estos individuos que se retire del lugar o retirarse uno mismo. Suena muy cruel? Creo que fue más cruel lo que han hecho en 50 años. Esas cosas no se perdonan tan fácil y menos sabiendo que tuvieron más beneficios que aquellos que han obrado correctamente durante toda su vida.

Para terminar, el párrafo final denota el sesgo ideológico del medio que lo publicó, ignorando que Luis Alfredo Ramos ha sido procesado con base en testimonios falsos, patrocinados por el enlace directo de las FARC en el Senado, Iván Cepeda.

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