Es época de vacas flacas ya que los precios del petróleo no se recuperan y la reforma tributaria fue apenas un paño de agua tibia asì que por fuerza hay que recortar gastos para cuadrar las cuentas y permitir que el déficit del gobierno central baje y se cumpla con la regla fiscal, pero hay otros rubros presupuestales que deben afectarse y no el deporte ni la cultura que a ojos de los burócratas son gastos marginales.

El deporte no sólo es uno de los mayores emblemas de una nación, es, como dicen los mismos deportistas, una manera de encauzar a la juventud hacia actividades que los hacen crecer como personas, estimulando la competencia leal, el compañerismo, la solidaridad, los valores culturales, la integración, el respeto, la inclusión, desterrando la odiosa discriminación. Es una cátedra permanente de derechos humanos y restringirla es un retroceso como sociedad.

Esperemos que este proyecto, en su tránsito por el Congreso, sea corregido y devueltos al deporte los recursos que necesita.