La esencia, César es que se opina con la emoción desatada y no con la razón- De ahí los epítetos en reemplazo de los argumentos y este post es un ejemplo.

Desde que Uribe dijo que éste era un gobierno derrochador que había disparado el gasto, quienes siguen sus tesis se limitaron a repetirlo tantas veces que terminaron creyéndolo a pie juntillas sin tomarse la molestia de investigar porque en el el evangelio uribista se cree con fe de carbonero.

Por ello cuando se les muestran las cifras reales que no son un invento del gobierno sino datos públicos contenidos en la una ley de la república a la que debe ceñirse el gobierno puesto que es el presupuesto de la nación estudiado, modificado y aprobado por el Congreso, continúan diciendo que es una mentira y que habrá que esperar al próximo gobierno para saber su tamaño.

No importa, además, que las cifras las avalen las calificadoras internacionales de riesgo, los organismos multinacionales de crédito, las entidades financieras, las trasnacionales y en general los grandes industriales incluyendo a los hombres más ricos de Colombia que tiene a sus disposición un ejército de analistas de primer nivel. Unicamente le creen a Uribe y su odio.