En las redes el problema es la falta de información que se reemplaza por epìtetos sin respaldo en cifras. Si lees con cuidado, se trata de un presupuesto capitalista y estrecho acorde con la crisis que se vive internacionalmente por los bajos precios del petróleo y que, pese a los esfuerzos tributarios, el déficit persiste consiguiendo apenas un débil crecimiento.

No hay despilfarro porque no hay de dónde salvo en las regiones con los políticos locales y la corrupción. Lo único que se quiere resaltar es que si se examina el presupuesto, debatido, modificado y aprobado en el Congreso con el escrutinio del Centro Democrático, difiere en mucho de la imagen que quiere presentar Uribe con especulaciones ideológicas en vez de cifras concretas.

No estamos en el paraíso, pero tampoco en el infierno. Transitamos por un largo purgatorio bajo la coyunda del bajo precio del petróleo.

¿Nùmeros reales? De lo que trata el artículo es del presupuesto general de la nación, examinado, debatido, modificado y aprobado después de un amplio debate público en el Congreso de la República con participación activa de la oposición en cabeza del Centro Democrñático. Luego de convertirse en ley los rubros presupuestales son inmodificables y lo que se axamina de ahí en adelante es su ejecución que ya es otro tema ya que ahí entran a jugar los intereses regionales y la corrupción.

Este artículo, por tanto, sólo se basa en la ley de presupuesto y desmiente las opiniones amañadas de quien conoce a la perfección el presupuesto porque ayudó a aprobarlo, pero prefiere sembrar la desinformación que luego se replica en las redes como verdad revelada.

Es bueno conocer las cifras reales y no repetir las consignas ideológicas.