El conjunto barranquillero derrotó 3-0 al cuadro escarlata en el partido válido por la tercera fecha de la Liga Águila.
El Metropolitano fue una fiesta. Goles, buen juego y una figura que se alzó por encima de todos: Yimmi Chará. El mediocampista fue el encargado de poner la fantasía, de maravillar e ilusionar a los asistentes al estadio de la Ciudadela 20 de julio. Se encargó de manejar los tiempos. Por él pasaron los tres balones que terminaron en gol. Fue la estrella que brilló en el firmamento de Barranquilla.
Este jueves estuvo magistral. Cuando iba a la carrera, pasaba a través de los rivales, como un cuchillo. Cuando se detenía, los defensores de América se perdieron en los laberintos que sus piernas dibujaron. Sus pases derrumbaron el muro defensivo que intentó levantar el cuadro escarlata. Hizo un partido digno para recordar, que dejó a los fanáticos del Atlético Júnior anhelando que este encuentro válido por la tercera fecha de la Liga Águila nunca se acabara.
Todo inició al minuto 17, con un pase filtrado a Roberto Ovelar. Fue un toque sutil que dejó a cuatro jugadores del conjunto rojo mirando al horizonte, sin reacción, mientras que el paraguayo sacaba un remate que se terminó estrellando en el palo de la mano izquierda de Carlos Bejarano. Ese fue el segundo aviso por parte del Atlético Júnior -al minuto uno, Teófilo Gutiérrez sacó un remate cruzado que pasó cerca a la portería americana- y allí denudaron una debilidad de los visitantes: la zona izquierda, la de Iván Vélez.
Esa fue una autopista que fue bien aprovechada por los locales. Piedrahita, Chará y Teófilo revolcaron a Vélez. Hicieron con él lo que quisieron. Por ahí se originaron las primeras dos llegadas. Pero el gol irónicamente nació en un error en la salida de Fernando Queso Fernández. Jonathan Avila le robó el balón, que terminó en las piernas de Chará. El mediocampista se apuró y sacó un remate que se desvió en la humanidad de Eder Castañeda. El esférico cambió de dirección, descontroló a Bejarano que solo pudo seguir el viaje de la pelota con sus ojos hasta que terminó encontrándose con la red. Los hinchas barranquilleros estallaron. El grito ensordecedor se tomó las graderías de un estadio que vibró por la celebración.
Desde ese momento Júnior fue el que manejó el partido a su antojo. Impuso condiciones y siempre conducido por Chará, por la autopista de la zona izquierda del América, que nunca encontró la manera de detener al trío de jugadores que se juntaron por esa banda. Por ahí se volvieron a gestar las posibilidades de gol. El toque de primera, los movimientos rápidos, dejaron sin respuesta a la defensiva del conjunto vallecaucano, que en ocasiones parecía solo se podía limitar a ver maravillados el fútbol ofensivo que estaba ofreciendo el equipo local, que se acercó con un remate de tiro libre de Ávila y al minuto 36 con Teófilo Gutiérrez, tras una sucesión de pases entre Chará, Ovelar Teo.
Aunque Hernán Torres intentó ponerle más obstáculos por la zona izquierda al Júnior, la ofensiva barranquillera apostó por la derecha con Léiner Escalante. Y por ahí nació en segundo gol. Por ahí se colaron los jugadores del equipo rojiblanco, Teófilo llegó a línea de fondo, puso un pase atrás que se encontró con Chará y el mediocampista sacó disparo cruzado que entró como una flecha a la portería escarlata. Dos a cero y apenas iban cinco minutos de la segunda parte. Eso fue un baldado de agua fría para el América, que nunca encontró la fórmula para darle vuelta a la situación que vivían en el Metro.
Y después llegó el tercero. Nuevamente el balón pasó por los pies de Chará y él se encargó de atraer en una zona a cuatro jugadores de la visita, Teófilo se desmarcó por derecha y allí le llegó la pelota, tras un pase maravilloso del volante. El barranquillero solo tuvo que definir a ras de suelo para poner el tres a cero que terminó siendo definitivo, pero que fue corto para que generó el conjunto local.
América intentó salir. Incluso generó llegadas importantes sobre la portería de Sebastián Viera, que en el segundo tiempo dejó de ser un espectador más. Los visitantes anotaron, pero el gol de Castañeda fue invalidado por un fuera de juego dudoso. Eso fue lo más claro. Porque después del minuto 70 Chará y Mier tuvieron dos oportunidades de gol que no entraron porque el destino parecía tener definido que el marcador iba a terminar así. Fueron dos ocasiones desaprovechadas, que solo se quedaron en eso cuando pudieron ser más.
Fue un gran sabor de boca el que dejó el Júnior. Que tuvo en Chará a su figura, pero más allá de esto, porque este puede ser el punto de partida de un equipo que con nombres ilusiona. América, por su parte, sufrió una caída dura. Quedaron dudas en algunas de sus zonas. Pero aún hay mucho camino por recorrer y muchos estadios que visitar.