Bueno, ahí tienen los colombianos una opción para dirigir el país: dos expresidentes que buscaron acabar con las Farc, el uno a través de la ingenuidad y el otro a través de la solución militar. El uno las fortaleció y el otro las debilitó, pero ninguno triunfó. Hoy, cuando ya están desarmadas y desmovilizadas y se convierten en grupo político, quieren regresar al pasado y volver a incendiar el país so pretexto de ajustar el acuerdo en los términos de una guerra victoriosa y no de una paz negociada.