Cansado de vivir con su compañera durante décadas y madre de sus hijos, y luego de una discusión con ella, el ciudadano John Ripple, de Kansas City, EE. UU., decidió ir a un banco y, armado, amenazó a la cajera para que le diera el dinero de la caja, un botín de 3.000 dólares, relata LadBible.
Apenas cometió el asalto a mano armada, en lugar de huir, el hombre se sentó a esperar a la policía en la recepción del Bank of Labor, informa el medio, aunque el primero en llegar fue un guardia de seguridad a quien Ripple le dijo: “Soy el hombre que están buscando”.
Luego del arresto, y cuando fue el momento del juicio, el acusado se declaró culpable, con la esperanza de que le impusieran 37 meses de prisión por el crimen cometido, pero la defensa pidió clemencia.
Después de pensarlo un poco, el juez Carlos Murguía decidió sentenciar al ‘delincuente’ a 6 meses de prisión domiciliaria y 3 años de libertad bajo palabra, que incluyen 50 horas de trabajo comunitario.