Muchachos, este es desenlace de mi historia: … Cuando ella me pasaba mi mano por bulto entre las piernas yo le susurraba que lo sacara de su escondrijo, ella solo me miraba, sonreía y nos seguimos besando…. Esto era la gloria. Todo lo que venía experimentando con Nidia era un placer desconocido, totalmente nuevo. Aunque ya tenía más de 18 y había besado varias ranas y cogido pechitos (ojo, solo tocando brassier) en una que otra fiesta y hasta minitecas, no había logrado consumar el coito, esa palabreja que descubrí a eso de los 11 años, en una revista Selecciones - Readers Digest y que a mi madre le causo autismo temporal cuando pregunte qué era eso, solo atinó a responderme que si eso me lo habían dejado en el colegio de tarea. Nidia y yo éramos un solo conjunto de sudor, suspiros y besos…. Yo con la camisa por fuera, colorado y tan feliz…. Ya había llegado el momento de darle otro uso a mi amigo, hasta ese día solo sirvió para mear. No me pregunten de plata, no me pregunten cuanto pague, no me acuerdo si le di el dinero pre o pos coitus, solo sé que había empezado la cuenta regresiva para descubrir Catherinlandia. Nos levantamos del sofá y cogidos de la mano, avanzamos por la escalera, pasamos junto a Diana que ni se inmuto, estaba fija en la camioneta, Nidia me guiaba por un corredor para su habitación, le miraba ese traserito, las nalgas forradas por el jean, era redondo, parado y nada desproporcionado, la verdad en ese momento a esa nena no le veía y ni le oia defecto, ni siquiera el deje tolimense que se le escapaba cuando hablaba. Era un cuarto amplio, típico de ese tipo de casas, piso de madera, lo amoblaron con cama doble de madera, un chiffonier (adivinen de que..?) de madera, en fin mucha madera. Ella se recostó en la cama y yo solo la miraba mientras le besaba la mano (que cosa tan cursi, pero me nacía) me acerque y nos dimos un par de besos más, salió un momento, indicándome que me quitara “todo eso” es decir mi ropita. Enseguida me fui despojando de mis prendas me llamo la atención una calcomanía, de esas que se veían en “el mundo de la calcomanía” de la Carr. 10 con 6ª., pegada en el chiffonier, era un tuerca con apariencia femenina corriendo de un tornillo masculinizado que la perseguía, y la leyenda: “Sin aceite no”. Llegó Nidia me miró en calzoncillos y me pidió acostarme…esta nena, se va desabrochando los tacones, bajándose el pantalón y por último quitándose la blusa, para ese momento las única mujeres semi desnudas que había visto eran en revistas o películas, su ropa interior era de color crema, se tumbó a mi lado, y más besos, ella misma guió mi mano a sus pechos, y ahora solo me fijaba en la cadenita con la “N”, así se pone uno de estúpido a ratos. La formula fue efectiva, volvió la erección. Yo había visto Háblame Sucio en sus tres partes, Tracy Lords se me parecía a un bumanguesa que vivía en mi edificio, había ojeado la revista SUECA y PIMIENTA que vendían en el centro, pero en este instante toda la teoría se esfumo, no sabía por dónde empezar, pero Nidia sí, al notar mi erección se fue bajando los pantys, después aprendí que uno es el baja cucos, los arranca con los dientes si es necesario, ….y ahí estaba mi primera vagina depilada en forma de diamante y adornada con unos labios realmente grandes…. Pero la verdad ni me acorde que mis maestros en video le dedicaban tiempo con su lengua a ese sitio, finalmente se quito el sostén y mire extasiado el par de lolas, sin silicona, mas lindas que había visto (ya saben nunca las había visto en vivo y en directo)…. Muchachos, yo me veía haciendo el amor con Samantha Fox…. Lo único que faltaba era que Nidia me dijera –touch me, now- con acento de Saldaña.

Relajado pero con el asta a tope, le acaricie sus pechos, como les digo no se me ocurría mucho, además siempre había tenido el interrogante si el seno era duro o blandito, en la actualidad eso ya lo sé con una mirada (jajaja) ella me trajo sobre si, mi pene fuerte, duro y listo. Los cofrades más avezados y mayores no me dejaran mentir que en esa época, se penetraba a pelo, sin condón y así me disponía a hacerlo, le dije que abriera las piernas, ya que en el colegio, unos compañeros, más exactamente los senseis contaban la historia de como una prostituta embaucadora de novatos les hacía creer que la penetraban pero en realidad lo que hacía era que les desviaba el miembro por el perineo y terminaban creyendo que era el sexo de la vida. Cauto como siempre he sido, me dije “esta nena no me va a enredar”. Abrió las piernas con delicadeza, ella me acerco a su cuerepo más y más, guio el pene con su mano (la única mano hasta ese día había sido la mía) hasta que empalmo con la vagina ya el resto era asunto de practicar “the old in-out in-out”, como diría mi admirado Alex de Large, todo fue puro instinto, lo que si estoy muy seguro es que todo el tiempo no cambiamos de posición, solo misionero, lleno de besos y caricias, hasta que toda mi alegría se canalizo y exploto, después de unos 20 minutos…. La sensación de eyacular adentro de la amante es incomparable, termine tan feliz, agradecido, el niño grande había muerto. Sin saberlo el sexo se convertiría en el Enterprise, pues me llevaría a “explorar nuevos mundos desconocidos. Descubrir nuevas formas de vida, y nuevas civilizaciones… Llegando valientemente donde ningún hombre ha ido jamás”.