Iniciado por jainkoaren

…reservados con las más hermosas cortesanas de Bogotá, el asunto era como salir de casa sin reportarme al “Gran Hermano” que en verdad era mi padre, como la vida es extraña, sucedió que el papá de una amiga falleció (el hombre cayó fulminado por un ataque cardiaco en un parque, jugando futbol) como era una chica muy cercana, tenía la obligación moral de acompañarla, el señor fue conducido a la Gaviria de la 42, donde se hizó acto de presencia y se dieron las condolencias (mi amiga se veía hermosa con un pantalón negro, una blusa blanca, ray ban wayfarer… lo sé soy un miserable.) me despedi y concerte cita con la mujer que con solo su voz me hacia fantasear, un punto a favor de los teléfonos en las salas de velación, el sitio era cerca, ubicado en la esquina de la 16A, con calle 23, costado sur occidental, en la casa de balcón, actualmente creo que esta una tienda o algo así, como anote había talleres de mecánica automotriz por los alrededores, y algo nervioso estacione al frente el carro prestado para el efecto mortuorio por el “Gran Hermano”, dos timbrazos y la puerta se abrió dejando ver una figura oscura, y claro era una negra, recién cuando vi Django Unchained, hubo una escena parecida de una negra abriendo una puerta. La verdad el nerviosismo se había reducido cuando la negra me dijo que ella no era la chica a la que yo había llamado, la negra se llamaba diana, en cambio mi princesa tenia o tiene, un nombre tan sonoro: Nidia Catherine. El asunto es que como era un reservado, otro tipo se me había adelantado y disfrutaba de las mieles de la compañía de tan exquisita ninfa…Lo que es para risa es que ni siquiera sabía cómo era por cuanto ella estaba en una sala al fondo en penumbra, se oian carcajaditas y conversación en susurros… y yo con la negra al frente, pedí una clausen (oh tiempos aquellos) ya que diana me dijo que la esperara a Nidia, de pronto el tipo se aburria y se iba, yo como buen novato, pensé en esa posibilidad. Con la negra hablamos de naderías por espacio, tal vez, de una hora larga, curiosamente la abeja reina y única diosa del sexo era Nidia, no había ninguna otra. Dos clausen después se escucho que se habían parado de la salita, cuando la vi fue como dicen “orinarme a chorritos”, era una rubia de corta estatura, ojos claros, hermosos pechos que se esforzaban en no salir de su blusa, tenía un pantalón rojo creo, y muy bien maquillada, nada recargada, me llamo la atención que exhibia varios anillos que aparentaba ser finos igual que una cadenita con dije de una “N” que coquetamente brincaba en su escote. Diana le informo que yo estaba ahí sentado solo esperándola, ella me miro como quien encuentra un cachorrito dálmata perdido, de sus labios solo salieron dos palabras: “me demoro”, le hizo una seña a Diana y pidió que le subieran ½ de aguardiente, el tipo con que estaba pasó muy rápidamente hacia el segundo piso, era un hombre mayor, (para mi en ese tiempo todos erán viejos), vestido con pantalón de pana y un sueter verde, de su cara solo recuerdo que tenia gafas y bigote, en resumen se parecía a Manolo Bellon, pero faltaba el detalle que me haría suspirar y que Nidia se me tatuara en la memoria, mientras acariciaba mi mano con delicadeza me susurro “me llamas” ya era tarde, había caído…. y empezaba apenas a entender los códigos tácitos del mundo… que digo mundo, universo del arte del amor comprado. (esta historia sigue)