La ignorancia es atrevida, o quizás el fanatismo ciega. En el mundo en blanco y negro de los fundamentalistas, de la ideología convertida en mutante religiosa, con dogmas, templos y casullas, todo lo que no esté dentro de su mundo pertenece al infierno.

Explicable los titulares capciosos, la torcedura del pescuezo de la sensatez, sus verdades retorcidas, porque en el lado de los buenos no hay sino un ejemplar y su rebaño. Todo lo demás son lobos feroces a los que hay que exterminar, a punta de bala o de lengua que es peor. Por ello, la tergiversación está a la orden del día.

De entrada, la manipulación. Hablan de hijos (el sentimentalismo por delante) y luego la palabra mágica, guerra, para que todos nos asustemos y nos imaginemos las madres llorosas despidiendo a sus hijos que marchan a matar o dejarse matar.

Y luego la exhibición sin pudor de uno de los países más peligrosos de la guerra, Afganistán, donde franceses y rusos han sido derrotados y Estados Unidos, resguardado en las ciudades y en sus drones, se niega a sufrir idéntica suerte.

¿Saben cuántos soldados tiene la mayor potencia militar del planeta en Afganistán? 5.000. ¿Se imaginan cuántos soldados ha aportado el Reino Unido para la seguridad afgana en 14 años? 9.500. Redúzcandolo a un porcentaje anual y verán las cifras ínfimas de otra gran potencia.

¿De dónde sale la mágica cifra de 5.000 soldados colombianos rumbo a Afganistán a enfrentarse a los talibanes? De esta afirmación: "La idea es que haya capacidad de tener hasta 5.000 integrantes de la Fuerza Pública en diferentes misiones internacionales."

Luego leemos que los soldados colombianos van a ir en misiones de la ONU, es decir, serán cascos azules que no entran en combate. Son fuerzas de paz y no de guerra. Hay una excepción, la OTAN y Afganistán: "hay ofrecimiento de misiones tanto de primera línea de combate como de instrucción, entrenamiento y preparación de capacidades de los afganos”.

Ojo, sólo es un pedido de ayuda al que no se le ha dicho ni si, ni no. Lo que se está esperando es la respuesta de la ONU a participar en misiones de paz y si nos atenemos a las cifras de estas misiones, en cada una (son 16 en este momento) no pasarán de unas decenas de uniformados (soldados profesionales voluntarios), a lo sumo un par de centenas, lo que se ha hecho desde hace mucho, sin que se hayan rasgado las vestiduras los opositores de turno, pero como ahora al que hay que matonear es a Santos, todo lo que haga, así se haya hecho toda la vida, es malo.

La bilis es el producto de moda.