Iniciado por Loma Prieta

ayer estuve de visita en el Santa con la intención de irme de doblete. terminó siendo triplete y pudo ser póker. Quise empezar con alguna callejera. En la esquina de "Las Vegas" me topé con una nena medio veterana, trigueña cabello negro, un cuerpo rico para ser una callejera... estaba en lencería en plena esquina lo que despertó mi morbo. Dijo llamarse Mónica. La abordé y me dio buena impresión, bastante dispuesta a convencerme de que le hiciera el gasto, y aceptó dejarse trapiar. Ya en el cuarto empezó bien la vaina, inmediatamente empecé a manosearla, piquitos... luego se desvistió y no se dejó trapiar tanto como me hubiera gustado, le di clavo con ganas en varias posiciones pero no pude acabar. Me quería hacer gastarle el otro rato pero naah, no sé, ya estaba pensando en la siguiente bataclana. En fin, polvo aceptable por módicos 30 mil pesitos (pensé que esa tarifa ya había desaparecido de nuestro barrio o al menos de esa zona, bien la vaina).

Luego me dirigí a Atunes. Me charlé a dos venecas por separado, ambas de buen porte, altas y voluptuosas, una morena y la otra trigueña. Ambas me dieron buena espina, especialmente la morena pero preferí tomarme la cerveza y esperar un rato más. Al rato divisé a lo lejos a otra nena bastante voluptuosa, me acerqué y para mi grata sorpresa era una bataclana caleña muy linda y con quien ya había estado y me había ido muy bien, hace más de un año, de nombre "Ányela". Más grato aún fue el saludo, para mi sorpresa se acordaba de mí y hasta de mi ciudad de origen y me saludó de manera muy cálida. No se diga más, la subí de inmediato, y la experiencia fue aun mejor que la primera vez. Piquitos, sonrisas cómplices... esta nena me encanta, me deja disfrutar de su cuerpo, besarla, chuparla y trapearla como yo quiera, bastante complaciente y agradable. La clavé con ganas en varias posiciones y con muchos cambios de ritmo. Cuando me estaba cabalgando le di durísimo y muy rápido. Mientras la clavaba como quien taladra concreto me causó impresión que una nena que está acostumbrada a tener sexo con varios clientes al día se deje dar tan duro, y parecía disfrutarlo bastante. En todo caso no pude acabar por más que intenté, golpearon, la dejé vestirse, piquito de despedida y bajé dispuesto a buscar a la veneca morena que sería la encargada de descremarme (me había sonreido pícaramente cuando bajaba la escalera y yo subía con Ányela). La abordé, 60 luquitas tarifa oficial (igual que con la caleña) y pa'arriba de una vez. Le pregunté su nombre dos veces pero ya hoy lo olvidé completamente. Me preguntó qué había pasado con la otra chica con la que había subido, le dije que no había podido acabar y aseguró con bastante vicio que ella me iba a sacar la leche que la otra no me había podido sacar, lo cual por supuesto me la puso como diamante. Qué decir, le hice lo mismo que le hice a Ányela, le chupé y besé todo el cuerpo como antesala, con mucho morbo, aunque no hubo picos. Luego esta nena me empieza a cabalgar y me pega tremenda culeada, le di aun más duro que a Ányela y la espléndida venequita gemía como loca, casi gritando, mientras la cama crujía como si fuera a quebrarse. Me dijo que se había venido en ese momento y puede ser, me empleé bastante a fondo en ese momento. La clavé en varias posiciones más y, oh sorpresa, tampoco pude acabar.

Despedida normal, me di una vuelta por ahí y al par de horas entré a Troya. Estaba la tal "Yuriko", no la conocía. Cuando leí en el foro sobre ella no esperaba mucho, pero al verla me impresionó para bien. Muy bien, diría yo. Sí tiene carita de japonesa, acompañada de un espléndido culo de brasilera. La abordé y me hizo gracia que me pareció que trató de modular el acento como si de verdad fuera extranjera. No se me hizo nada antipática y me dijo que se dejaba trapiar, pero ya estaba corto de fondos y tocó dejarlo para otra ocasión. En la calle tampoco vi nada como para llegar al "póker" o cuarteta así que decidí irme, ya estaba mamado. Definitivamente me tengo que comer a esa Yuriko.

En fin, casi inmejorable jornada puteril, la mejor en lo que va del año, de esas que lo envician a uno aun más y lo redimen de experiencias anteriores no tan buenas.