Por fortuna, nadie posee la verdad revelada y, por consiguiente, nadie tiene la potestad de señalar qué es bueno o qué es malo, aparte de que el mundo no es así de simple. Tiene una zona de grises muy amplia. Esta misión le corresponde ejercerla a cada usuario de los medios quien de acuerdo con lo que se le presenta es el que al final decide a quién creerle.

Ahora bien, el periodismo responsable es determinado por su trayectoria que es la que genera su credibilidad. El manual de estilo de El País, por ejemplo, en el que señala el comportamiento de sus periodistas, la investigación rigurosa de los hechos, la presentación clara, sencilla y desapasionada de sus trabajos al público, es una muestra de cómo debe manejarse la información.

Otro de los diarios ejemplo de buen periodismo es el NYT. Cada escrito de sus periodistas es examinado con lupa. No puede tener una sola afirmación que no esté probada. Rechaza las especulaciones o las opiniones de sus redactores. Este campo está destinado a las columnas de opinión.

Para mí, y esto es una opinión netamente personal, me merece mayor credibilidad la investigación periodística de El País de España, que la de un cubano que vive en Miami y enjuicia a distancia. Pero claro, esta medida de credibilidad me atañe solo a mi . Cada quien tiene la suya propia.