Los falsos positivos obedecen más que nada a eso que llamamos 'malicia indígena'. Unos cuantos militares se pusieron de vivos, mataron unos cuantos pelaos y los hicieron pasar por guerrilleros para obtener las recompensas que se ofrecían por bajas o capturas.

No se puede hablar de una política sistemática porque los casos en su mayoría son aislados. Por tanto los únicos responsables por estos hechos son los mismos implicados y la información sobre los hechos no es suficiente para endilgar responsabilidades a superiores, desde mandos medios hasta el jefe de Estado de entonces.

Mejor hablar con los hechos y no hacer eco de las acusaciones formuladas por los cabilderos de las FARC en el Congreso.

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