Cuando uno pierde tiene derecho al pataleo y a esto se reduce la visita de Uribe y Pastrana a los predios de Trump. Si han mentido descaradamente sobre el proceso de paz con las Farc, no es loco pensar que repitieron su retahíla de calumnias e injurias en la Casa Blanca, como la entrega de Colombia al castrochavismo o la complacencia con el narcotráfico.

Pero no es hacia afuera sino hacia adentro donde debe mirarse. puesto que todo lo que afecte la estabilidad del país es preocupante y si se trata de dos políticos con audiencia nacional, con mayor razón. Igual censura le cupo en su momento a Piedad Córdoba. Estimular la polarización a través del engaño y la manipulación concita el rechazo y podría configurarse una conducta tipificada en el artículo 111 del Código Penal por "fraccionar la unidad nacional".

Ahora, en términos prácticos, aunque pudieron sembrar algo de desconfianza en el impredecible Trump, Colombia es el más firme aliado que tiene Estados Unidos en la región y no se puede dar el lujo de una confrontación política o económica con un gobierno de derecha que tiene de su lado. A lo sumo habrá un jalón de orejas y compromisos de erradicación de cultivos ilícitos.

Negocios son negocios y a EEUU le conviene más un país en paz que uno en guerra. Recordemos que ellos no tienen amigos sino intereses y no van a echar todo por la borda simplemente porque dos huérfanos del poder tienen la bilis alborotada.