El Barcelona sigue su lento camino al despeñadero. La renovación de la plantilla ha sido deficiente y el tiempo le pasa la factura a las viejas glorias. Luis Enrique lo sabe y por eso abandonará el banquillo la próxima temporada. No puede un equipo ser simplemente un jugador y sus rivales lo saben. Cercado Messi, el equipo se desbarata. Sin Busquets, llega el atolondramiento. Atrás es un desastre y los planteamientos tácticos no se quedan atrás.

El Barcelona depende de otro milagro en el Camp Nou. Es cierto, en el fútbol todo es posible y lo del PSG lo demuestra. Sólo hay un pequeño problema. La Juve tiene la mejor defensa de la Champion. Difícil que permita los cuatro goles necesarios para que el Barça sobreviva al desastre. Lo del Málaga fue el anuncio. La Juve mandó el sufragio.