Entiende uno la necesidad de agua limpia para las comunidades, pero esta decisión puede no ser del todo positiva para los pobladores de esta zona, al menos en materia económica.

También quedan ciertas dudas, sobre si la negativa fue contra la explotación minera, o contra el hecho de que el proyecto sería desarrollado por una multinacional, y bien sabemos que estos grupos ambientalistas están en su mayoría aliados con la izquierda, por lo cual no estaría de más pensar que ese factor pudo influir más que la esencia del mismo proyecto.

Lo cierto es, finalmente, que esto nos deja claro que la democracia no siempre es la mejor forma de resolver los asuntos de esta naturaleza. Creo que faltó trabajar más con las comunidades.

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