El del gol de Aguirre fue imborrable. Lo estabamos viendo en La Colina Campestre en la casa de una familia hincha del America.

Todavía "oigo" ese silencio. El padre de la casa estaba abajo trayendo el trago para celebrar y no entendía nada cuando llegò frente al televisor. Terrible. Yo, paralizado sin saber si cualquier palabra que dijera me hacía acreedor de una expulsión fulminante con patada en el culo incluida.

Me hubiera pasado hoy en dia, no lo dudo en empezar a sabotear a mi amigo y a burlarme de él. El futbol es para eso, al fin y al cabo.