Realmente no se robò un peso, y de hecho, no se le acusa de ello.

Es de tener tan mala vista para no darse cuenta que la platica de los colombianos se le esfumò en frente de sus narices y terminò en los bolsillos de sus amiguis.

Pero el ya demostrò que eso fue culpa de sus subalternos y como no, de la mente criminal detrás de todos los desfalcos al Estado: la de los tintos. Un dia de estos vamos a descubrir donde es que esconde todas sus mansiones el Escuadròn de Servicios Generales y ahi si van a darse cuenta que la justicia también debe ser para los de ruana.