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#1 |
Denunciante Mítico
 |  MV Agusta F4Z. La motocicleta que se sueña pero no se toca.
Calificación: de
5,00
 | MV Agusta F4Z. La motocicleta que se sueña pero no se toca. Un objeto de colección para un único afortunado. Un objeto de deseo para todos los demás.
   
A veces soñamos con cosas particulares, como puede ser un viaje a un sitio localizado, un coche de una marca y modelo determinado, una moto con unas características muy definidas… y otras veces lo hacemos de manera general y más ambiciosa con tener la capacidad de dejar de soñar y ser capaces de obtener todo lo que soñamos. En esas ocasiones lo que nos gusta imaginarnos es ser como el coleccionista japones que ha encargado la única unidad que va a existir de la MV Agusta F4Z, una moto de la marca italiana diseñada por el carrocero italiano Zagato, que ha cambiado en esta ocasión las cuatro ruedas por las dos, haciendo aún más extraordinaria esta colaboración, puesto que es su primera incursión en este campo.
Partiendo de la ya de por sí extraordinaria F4 RR de la mítica marca italiana, Zagato ha respetado el chasis, las suspensiones y los frenos, las llantas con los neumáticos y el motor para redefinir el resto. El carenado envuelve la F4Z a partir de un frontal coronado por un pequeño pero eficaz faro LED para terminar desembocando en las lineas del depósito de combustible, del que es continuación el colín, de una sola pieza y que tiene integrados en su parte posterior las luces de freno y los intermitentes. Zagato también ha rediseñado el escape, integrado con una solución estética llena de elegancia.
Roja y gris, la F4Z será con seguridad una de las joyas de la colección de su anónimo comprador, que la disfrutará en parado o poniendo sus 185 kg de peso a correr impulsados por los 195 cV a 13.000 rpm que puede desarrollar su motor de cuatro cilindros. Es casi imposible que ninguno de nosotros pueda alguna vez estar cerca de este objeto de colección. Quizás algún día la veamos pasar a toda velocidad a nuestro lado u oigamos hablar a alguien de ella. No la tocaremos nunca, pero nunca dejaremos de soñarla.
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