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Kaffeetrinker 2 Respuesta: “A Santos no le tengo odio, sino pánico”: Uribe

Y en el caso de los empresarios...

“Hay grupos empresariales importantes que han dicho sí, y yo no sé si han estudiado los acuerdos. Los empresarios de Cuba también recibieron agitando banderas y llenos de alegría la llegada de (Fidel) Castro al amanecer del 1° de enero de 1959.

Yo vine en representación de la Universidad de Oxford en junio-julio de 1998 a una reunión del Pnud en Caracas, pocos meses antes de la elección de Chávez y todos los empresarios estaban con él, y vea la tragedia. Stalin decía que el problema es que hay empresarios que le venden el lazo a quien los va a ahorcar y hay que poner cuidado”.

El Ministerio de Hacienda mostró el presupuesto para el 2017, con reducciones del 41 % en la inversión para el sector agrario y del 8 % en nutrición social, piezas claves para el posconflicto, en caso de que se dé. En La Habana hay compromisos y el presupuesto no está en su mejor momento. ¿Cuál es su postura?

“Impuesto más, impuesto menos el proceso económico del gobierno Santos ha disminuido sustancialmente la confianza de inversión. Me preocupa mucho esto porque con lo que publicaron ustedes en EL COLOMBIANO, muchos empresarios me han dicho que pagan una tasa efectiva del 72 %. En la tabla comparativa ustedes publicaron 74 %.

Eso mata a la empresa privada y las posibilidades de formalización. El país tiene que prepararse para una difícil transición a la que nos dejará condenados Santos.

Esto, de pronto, necesitará un remedio fiscal y de inversión. Esto se basa en un crecimiento y una corrección, de no menos de cinco años, a partir de darle confianza a esa inversión, de reducir gasto público y ser cuidadoso en impuestos”.

¿Cómo evalúa la transformación del Ejército, un proyecto que lleva cinco años en desarrollo?

“No veo ninguna reforma, lo que hay es desmotivación. En el acuerdo de justicia hay un artículo que dice que si un comandante de unidad no conoció, no estimuló, no propició un abuso de derechos humanos no es responsable. Eso está hoy en la ley. Lo grave es que se lo dicen a los guerrilleros. Veo unas Fuerzas Armadas engañadas, desmotivadas, igualadas con el terrorismo que no merecen eso, porque han sido unas Fuerzas Armadas de la democracia.

Entonces, ¿qué es lo que le preocupa sobre las Fuerzas Armadas?

“Aquí hay un maltrato de principio a fin a las Fuerzas Armadas. Yo creo que hay mucha literatura y poca realidad. Los Acuerdos de Ginebra nacieron cuando el mundo acababa de salir de dos guerras mundiales con la idea de prevenir de que se repitieran tragedias y se complementaron en 1977.

A este Gobierno se le ocurre aceptarle a las Farc que con esos acuerdos se puede elevar el tema de La Habana a norma constitucional. Las Fuerzas Armadas han cumplido los protocolos y cuando los han violado han ido a la cárcel. La guerrilla nunca los cumplió a pesar de todos los delitos y violaciones, secuestros, reclutamientos, que ha cometido. Una guerrilla que nunca aplicó los Acuerdos de Ginebra la vuelven hoy beneficiaria de los mismos para utilizarlos como vehículos, con el fin de volver constitucional todo lo que le han concedido y elevarlo a norma inmodificable”.

En el punto 48 del acuerdo sobre justicia transicional se establece que a esa jurisdicción especial de paz puede ser citada cualquier persona por informes presentados, entre otras, por entidades defensoras de derechos humanos. ¿En el caso de que miembros del Centro Democrático sean llamados ante esa jurisdicción, ustedes acatarán esa jurisdicción o aplicarán ese llamamiento a la ‘resistencia civil’?

“Abrigo la esperanza de que Colombia en lugar de aprobar ese tribunal de las Farc, reforme su justicia y que el llamamiento de cualquier colombiano sea a la justicia ordinaria de la patria reformada.

Ese tribunal tiene una sola instancia, reemplaza a la Contraloría y a la Procuraduría y sus fallos no pueden ser revisados, o sea, en ese momento se convierte en un tribunal supraconstitucional en sus efectos, porque la prohibición de una revisión futura, implica también negar el beneficio constitucional del principio de la favorabilidad.

La resistencia civil ha sido una resistencia dentro de la democracia y ha sido bella, porque no es muy frecuente que los colombianos la hagan. Mi conclusión al leer el libro de Enrique Serrano, Por qué fracasa Colombia, es que el país ha tenido una mesura histórica no fácil de romper.

Creo que las marchas del pasado 2 de abril fueron muy buenas, los miles de colombianos firmantes de la resistencia civil ha sido una gran expresión. Esas marchas no dejaron rasguños en las paredes de las calles colombianas, ni heridas en el alma de los colombianos, lo mismo estas firmas. Ha sido una resistencia civil pacífica, culta, argumentada”.

¡Cree que las Farc han cedido en algo, o le parece que en nada?

“Si el presidente (Andrés) Pastrana les hubiera dado la mitad de lo que les ha dado el presidente Santos, le habrían firmado la paz. No tengo información oficial de La Habana, le pregunto al doctor Álvaro Leyva, a quien llamo ‘mi guerrillero evangélico’, le tengo cariño y confianza porque no me miente. Mi impresión es que cada que allá hay un atranque, se resuelve con una nueva concesión del Gobierno a las Farc”.

Se han recordado unas palabras suyas de octubre de 2006: que si un acuerdo de paz aprobaba la participación política de las Farc, habría que remover todos los obstáculos que se opusieran a ella, inclusive decía: “ahora el ordenamiento jurídico prohíbe la amnistía del indulto para delitos atroces un acuerdo de paz con las guerrillas habría de llevar a un cambio constitucional para que puedan ir al Congreso en bien de la patria”. ¿Qué es lo que ha cambiado de ese momento a hoy?

“Primero, nunca lo hice. En el gobierno nuestro hubo generosidad en la reinserción pero no impunidad en los delitos atroces. Quienes me criticaban, y con razón, porque una sentencia de ocho años a los paramilitares era muy poca, hoy dicen que para las Farc debe haber cero cárcel.

Segundo, eso que dije fue en las múltiples discusiones hipotéticas que teníamos. No lo estaba ofreciendo. Tercero, lo que contesté fue a un senador que es compadre mío, entonces si no lo quieren entender así, entiéndanlo como que yo me equivoqué, y por ese hecho no hay que entrar hoy a convalidar eso que era una hipótesis, pero si me equivoqué, corríjanme”

Cuáles son en su opinión esos talentos que usted tiene que han hecho que el proceso de paz del presidente Santos no haya podido independizarse de su voz. Lleva seis años y no han podido...

“El Gobierno ha pretendido decirle al país que no hay impunidad, cuando el texto (de los acuerdos) dice todo lo contrario. Y de lo que no podrá independizarse el país, al votar el plebiscito, es de los aspectos tan negativos del gobierno Santos, porque si así de mal nos ha ido con este Gobierno, cómo será en 2018 o 2022, con un mandato en que tengan influencia directa las Farc”.

Pero me refiero más a sus talentos políticos...

“No los tengo. Solo tengo una cualidad, una en la que mi madre insistía mucho: la constancia”.

Pero usted tiene una forma de hacer llegar los mensajes que muchos consideran que el Gobierno con sus falencias comunicativas no tiene...

“Uno lo que tiene es que pensar en los argumentos. El presidente Santos manda una carta y la revista Semana dice: ‘ya el presidente le explicó en carta a Uribe que las Fuerzas Armadas tendrán un tratamiento diferencial’. ¿Qué hago yo? Me voy al texto de los acuerdos y veo que no, que los someten al mismo tribunal en las mismas condiciones y que tratan de igual a igual a los comandantes militares con los cabecillas guerrilleros, simplemente me voy al texto de los acuerdos”.

Muchos de los que van a votar ahora en el plebiscito tenían cinco o seis años cuando inició su gobierno, y oyen hablar sobre la Seguridad Democrática. Para ilustrar a esas nuevas generaciones, ¿el objetivo de la seguridad democrática era acabar con la guerrilla o debilitarla para que se vieran obligadas a negociar?

“Se trata de desarticular todas las organizaciones terroristas y llevarlas a procesos de reinserción generosos pero sin impunidad, sin negociar con ellos la agenda nacional y sin negociar las reglas de elegibilidad.

Nunca modifiqué las restricciones de elegibilidad de la Constitución del 91, y porque era democrática era una seguridad para todos. La doctora Piedad Córdoba, que me ha criticado bastante, tuvo de nuestro gobierno la misma seguridad que mis más cercanos defensores.

En esa época eligieron los alcaldes del Polo Democrático en Bogotá, recibieron de nuestro gobierno todas las garantías. Por eso esa seguridad se llamó democrática y fue acompañada de autoridad, reinserción generosa, políticas sociales de un segundo pilar que era la promoción de la confianza de inversión y las políticas sociales.

Nunca he tenido la pretensión de pintar el país como un paraíso, pero creo que iba por buen camino, póngale mis errores y mis limitaciones”.

Todos los gobiernos han intentado diálogos: ¿es realista pensar que en una mesa de negociaciones la guerrilla acceda a desmovilizarse para pagar penas de cárcel?

“Nosotros también propusimos en el Congreso, y no nos oyeron, la alternativa de granjas agrícolas. Lo que pasa es que hoy es menos realista porque le han dejado tener tanto poder a la guerrilla... Si hace seis años hubieran continuado el caminito, de pronto sería más realista, pero al actual Gobierno le pareció muy bueno lo de la seguridad, mientras se eligió, después se olvidó de ella y empezó a tratarla peyorativamente, a decir que era guerra. Tengo que decirles a los jóvenes que la seguridad es un valor democrático, una fuente de recursos”.

La política se está renovando, nuevas tendencias exigen ese cambio. ¿Cómo lo hará el Centro Democrático y cómo asume estos retos de hacer política en épocas de internet, redes sociales?

“Así la hemos tenido que hacer, usted no sabe, estas canas mías, en parte, han surgido de tenerme que quebrar los dientes para aprender a medio manejar una herramienta de las redes sociales.

De los 39 parlamentarios del Centro Democrático hay uno viejo que soy yo, tres más maduros, y los otros muy jóvenes, innovadores, estudiosos.

La trayectoria que hay que definir hacia adelante tiene que ser como una banda ancha, donde quepan actitudes flexibles pero sin salirse de la banda, y que sea la garantía de que se trabaja con la innovación, pero con unas constantes, de respeto, por ejemplo, a libertades democráticas, a la iniciativa privada incluyente y con una necesaria relación entre inversión privada y políticas sociales”.

Ya que la tarea es continuar la lucha. ¿Vuelve al Senado en 2018?

“Un día que fui a dar una declaración en la Corte Suprema me preguntaron, ‘¿y usted qué hacía en aquella campaña?’. Lo que hago en todas, soy agitador de la calle. O sea, que seguiremos agitando unas tesis con amor a la patria. Vivo agradecido con mi patria cualesquiera sean las circunstancias.

El Senado para mí ha sido muy difícil, renuncié a unos trabajos cómodos internacionales. Casi todos los días hay un debate contra mí. El 20 de julio de 2014, cuando íbamos para el Senado, llamé a mi señora Lina:

―¿Cómo van? ―preguntó.

―Pues aquí veo al senador Iván Duque con una corbata muy elegante, a la senadora Paola Holguín con un vestido nuevo muy bonito.

―¿Y tú cómo vas?

―Yo voy preocupado. No sé si voy para el Senado, para el exilio o para la cárcel.

―No te posesiones todavía es tiempo.

―No, tengo que cumplirle a la ciudadanía.

Y la única manera de cumplirle es luchar por aquello que uno en su corazón considera útil para la patria”.

¿Cuáles serán los precandidatos presidenciales del Centro Democrático para las elecciones de 2018?

“Hasta ahora se perfilan tres: Iván Duque, Óscar Iván Zuluaga y Carlos Holmes Trujillo”.

¿Cómo será el proceso de elección?

“Vamos a ver si ellos son capaces de ponerse de acuerdo en las reglas. No hay mejores reglas que las que se dan los propios candidatos”.

Estamos en una época de elección de altos funcionarios, hay nuevo fiscal, viene procurador, cinco magistrados de la Corte Constitucional, Defensor del Pueblo. ¿Qué expectativas tiene?

“Que cumplan con la ley, que dejen el corazoncito en la casa. A Carlos Gaviria, mi contradictor y admirado profesor, a quien mucho aprecié, siempre le propuse una discusión porque él defendía que el juez tuviera orientación política. Yo le dije: ‘no me opongo a eso, pero la tiene que sacrificar al momento de fallar’”.

Con todo lo que son los corrillos familiares discutiendo si son santistas, uribistas, si están con la paz, contra la paz, en sus palabras, ¿cuál es la oportunidad que hay que darle a la paz en un proceso con el que usted no está de acuerdo?

“Creo que, cuando hemos dicho cuáles serían los efectos del No, ahí se le puede abrir un espacio diferente al país”.


FUENTE: elcolombiano.com


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