- Pedro, tengo que hablar muy seriamente contigo.
- Si, claro mi amor, ¿qué pasa?
- Es sobre nuestro hijo. Creo que está sospechando que es adoptado.
- No puede ser, mi amor. ¿y en qué te basas para decir eso?
- He notado miradas extrañas, gestos, como que quiere preguntar algo y no se atreve...
- ¿Solo eso? Ah, déjate de paranoias y vamos a dormir, Juan